Azahara, la vida en una burbuja |
Viernes 28 de Diciembre de 2012 12:35
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Azahara no tiene inconveniente en mostrar cómo vive
Aurelio Maroto
Montó su negocio de belleza en La Solana con la ilusión de prosperar, pero detrás de las lacas y los disolventes orgánicos se escondía su calvario. Azahara Solana comenzó a notar problemas de salud cada vez que pasaba a su salón y comenzaba a trabajar. Un día salió a la calle, comenzó a caminar y no sabía dónde iba ni lo que hacía. Estaba sufriendo SQM, siglas de Sensibilidad Química Múltiple, una enfermedad todavía poco conocida que produce reacciones multiorgánicas a cualquier sustancia de esta naturaleza. Resultado: Azahara vive poco menos que en una burbuja, aislada del mundanal ruido en sentido estricto.
Su marido Antonio está parado y tiene dos hijas, Acaena, de 3 años, y Altea, un bebé de seis meses. Como muchos matrimonios jóvenes, tienen que afrontar una hipoteca. En resumen, carecen de recursos para sostener siquiera el costoso tratamiento y alimentación para que Azahara tenga una mínima calidad de vida. Han decidido vender su casa de La Solana, enseres incluidos, en lo que han llamado “rastrillo solidario”, al precio que cada comprador quiera poner. Necesitan marcharse a vivir a su localidad natal, Almadenejos, lejos de cualquier tipo de contaminación ambiental.
En una entrevista concedida a Radio Horizonte, Azahara, de 31 años de edad, ha explicado su terrible situación y qué es la SQM “mi cuerpo reacciona mal a cualquier sustancia química, la que sea, en la ropa, la comida o el medio ambiente”. Exponerse supone mareos, sarpullidos, fiebre, asfixia, deshidratación… En resumen, una resistencia multiorgánica que afecta al intestino, el riñón, el sistema respiratorio, la piel o cualquier otra parte del organismo.
Todo comenzó a raíz de abrir su salón de belleza “AZK”. Empezó a notar estos problemas de forma progresiva. Cuando se decidió a ir al médico la derivaron a especialistas según los síntomas del momento; para los mareos al neurólogo, para las plaquetas al hematólogo, etc. Pero no mejoraba “los médicos no ponían la información en común y no sabían qué me pasaba”. El largo proceso terminó en el diagnóstico definitivo: Sensibilidad Química Múltiple, una rara enfermedad que ni siquiera reconoce la OMS (Organización Mundial de la Salud), ni países como España, aunque sí otros como Alemania, Japón o Austria. He aquí otro obstáculo “en España hay un documento de consenso para tratarla o prevenirla, pero la reunión con la OMS no será hasta 2016”.
Entre tanto, Azahara procura no salir de casa, o hacerlo protegida hasta las cejas. Su hogar es casi un búnker, totalmente adaptado y preparado contra agentes químicos “mis hijas deben tener mucha precaución en el colegio para no traer a casa ningún resto tóxico”. Un simple lápiz de colores o una manualidad con pegamento pueden desencadenar una fuerte reacción alérgica.
A la espera de que el tribunal médico le conceda la incapacidad y con su pareja dos años desempleada, el mundo se le viene encima. Cifra en 200 euros el gasto semanal sólo para ella “tenemos purificadores de ambiente en casa, botellas de oxígeno y mascarillas especiales”. Además, consume muchas vitaminas y alimentos ecológicos, bastante más caros que los demás.
El vía crucis de Azahara puede ser largo, y lo sabe. Pero ni ella ni los suyos se rendirán. No piden limosna ni dinero a fondo perdido, excepto quien desee ayudar a iniciativa propia. Por eso el rastrillo solidario, que se celebrará el viernes 4 de enero en su mismo domicilio de La Solana en Avenida de la Constitución, 69, junto a la entrada al Parque Municipal. Ponen a la venta artículos nuevos y usados en buen estado, Artículos de hogar, ropa, juguetes, puericultura… al precio que cada cual quiera pagar.
La pequeña localidad de Almadenejos espera. Una bocanada de aire fresco para una madre que necesita oxígeno, en el más amplio sentido de la palabra.
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