Una mujer aquejada de sensibilidad química múltiple recorre el Camino de
Santiago acompañada de un invidente con el propósito de mostrar a la opinión
pública el desafío que supone esa enfermedad todavía desconocida y que conlleva
una pérdida progresiva de tolerancia a agentes químicos tales como perfumes,
productos de limpieza, insecticidas, pinturas, a bebidas alcohólicas, alimentos
o fármacos.
Elena Ferrer, residente en Barcelona, inició el pasado lunes su periplo en la localidad lucense de Sarria y espera llegar el próximo miércoles a Santiago para cumplir una promesa, según indicó.
'Apenas utilizo mascarilla', comentó Ferrer, que lleva varios años aquejada de esa enfermedad y que tuvo que llevar a cabo varias demandas ante los tribunales y diversas administraciones para que le reconociesen sus problemas de salud, derivados de su trabajo en un mercado en el que se utilizaron pesticidas y otros productos químicos que perjudicaron su salud.
Ferrer, que ayer cumplió 63 años, llegó a la localidad de Arzúa, tras varios días de camino junto a una persona invidente a la que ayuda en su caminata diaria.
Elena Ferrer, residente en Barcelona, inició el pasado lunes su periplo en la localidad lucense de Sarria y espera llegar el próximo miércoles a Santiago para cumplir una promesa, según indicó.
'Apenas utilizo mascarilla', comentó Ferrer, que lleva varios años aquejada de esa enfermedad y que tuvo que llevar a cabo varias demandas ante los tribunales y diversas administraciones para que le reconociesen sus problemas de salud, derivados de su trabajo en un mercado en el que se utilizaron pesticidas y otros productos químicos que perjudicaron su salud.
Ferrer, que ayer cumplió 63 años, llegó a la localidad de Arzúa, tras varios días de camino junto a una persona invidente a la que ayuda en su caminata diaria.
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